Solar Impulse 2, un reto para la aeronáutica y las energías renovables

Texto originalmente publicado en Sevilla Actualidad

A las 7:38 de la mañana, tras 2 días, 23 horas y 8 minutos de trayecto, la aeronave Solar Impulse 2 ha aterrizado esta mañana en el Aeropuerto de Sevilla procedente de Nueva York e impulsada exclusivamente por energía solar fotovoltaica. “Good morning Sevilla. Future is clean, and it starts now”, han sido sus palabras al tocar tierra, en un cálido recibimiento de su equipo, incluida su mujer y su hija.

Aterrizaje del SOlar Impulse 2 en Sevilla
Aterrizaje del Solar Impulse 2 en Sevilla

El Si2 llega a Sevilla tras cubrir la 15ª etapa de una vuelta al mundo que comenzó en Abu Dabi en marzo de 2015, siendo la segunda más larga tras la travesía transpacífica entre la ciudad japonesa de Nagoya y Hawai, que supuso casi 118 horas de vuelo en junio de 2015. Entonces, el sobrecalentamiento de sus baterías durante el vuelo obligó a una profunda revisión, que provocó el retraso de la expedición, ya que las condiciones climatológicas sólo permiten volar en el hemisferio norte entre marzo y octubre, cuando se registra una mayor incidencia de las radiaciones solares.

El Solar Impulse 2 en aproximación al aeropuerto
El Solar Impulse 2 en aproximación al aeropuerto

Inicios del proyecto

El proyecto Solar Impulse nace en 1999 de la mano de Bertrand Piccard, a quien no le pareció suficiente el reto de dar una vuelta al mundo en globo aerostático, pues suponía el consumo de combustibles fósiles. Comenzó pues la carrera hacia el desarrollo de una aeronave propulsada exclusivamente por energía solar fotovoltaica, para lo que contó con la cooperación del ingeniero de André Borschberg, también piloto del Si2. Borschberg formó al equipo técnico que se encargó de hacer realidad este reto de la ciencia y la ingeniería, que comenzaría su desarrollo en 2003. A partir de ahí los hitos se fueron sucediendo hasta puesta en marcha del Solar Impulse 1, que realizó en 2010 el primer vuelo diurno y nocturno de la historia propulsado con la energía del sol, a los mandos del propio André.

El Solar Impulse 2, una vez regrese a Abu Dabi , habrá cubierto un nuevo hecho histórico para la familia Piccard, que acumula tres generaciones de innovación: “Toda mi educación tuvo que ver con el pionerismo,dadas las historias de mi abuelo que fue la primera persona en explorar  la  estratosfera  y  ver  la  curvatura  de  la  tierra,y de mi  padre buceando  con  su  batiscafo en  la  fosa  de  las Marianas,  el  lugar más  profundo del  mar.  Me sentí profundamente inspirado por  mi  familia,  de  quien asimilé  el espíritu de exploración, la curiosidad y la perseverancia”, asegura Bertrand.

El resultado de este proceso de creación e ingenio ha sido una aeronave monoplaza de fibra de carbono de de 72m de envergadura (superior a la de un Boeing 747, uno de los mayores aviones comerciales del mundo) pero con un peso de sólo 2.300kg, similar al de un vehículo familiar. Dicha envergadura permite cubrir sus alas con 17.248 células solares, responsables de la carga de las cuatro baterías de 38,5 kWh cada una, que a su vez accionan los cuatro motores eléctricos y las hélices. Un compendio de innovaciones tecnológicas cuyo resultado es una eficiencia del 93% (sólo se pierde un 7% de la energía producida), contra las pérdidas del 70% que puede registrar un coche.

Confianza plena en las energías renovables

Piccard es un firme defensor de las energías limpias: “Si  un  avión  puede  volar  día  y  noche  sin  combustible,  todo  el  mundo  puede  utilizar  estas  mismas  tecnologías  en tierra para reducir a la mitad el consumo mundial energético”. En ese sentido, tal como ha asegurado hoy en Sevilla, en la elección de nuestra ciudad ha tenido mucho que ver el trabajo que se viene desarrollando en el campo de las energías renovables, uno de los sectores clave de nuestra industria, con mención especial a Abengoa y Torresol Energy, y que se proyecta a nivel internacional.

El Solar Impulse 2 permanecerá en nuestra ciudad por un tiempo estimado de una semana, sometiéndose a las revisiones técnicas necesarias. Desde Sevilla partirá a un lugar aún por determinar a lo largo del Mediterráneo, y que será la última escala antes de la etapa final que lo llevará hasta Abu Dabi para completar la ansiada vuelta al mundo.

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