Ruta carnavalera. Segunda parte

Al llegar a la estación central de Köln busqué la primera combinación de trenes, regionales, más económicos, dirección a Frankfurt. No tuve demasiado tiempo de espera, ya que la red de ferrocarril alemana es increíblemente extensa, permitiendo, mediante trasbordos, la continua salida de trenes hacia el destino deseado. Comenzaba así mi primer viaje en solitario, con unas 3 horas de hambriento viaje por delante, habiendo dormido poco y teniendo que hacer un trasbordo en Koblenz, por que era conveniente poner el despertador. Lo de hambriento es porque pretendía hacerme un bocadillo para desayunar, pero me di cuenta de que me había dejado el paquete de jamón en la segunda casa en la que dormí en Köln.

Un bonito viaje, pasando por nevados pueblecitos de montañas tan típicos de centroeuropa, aunque bien podrían existir en cualquier serranía española, llegué a la estación central de Frankfurt. Lo primero que hice fue buscar algo para comer, y tras pasar por la oficina de información turística inicié mi ruta por la capital económica de Europa, tal como dejaba caer el horizonte de rascacielos nada más salir de la estación. Me dirigí hacia el centro de la ciudad, según me habían indicado, pero pronto mi camino se desvió atraído por la música procedente de un desfile de carnaval. No era demasiado numeroso, pero arrastraba el suficiente ambiente para animar la ciudad.

Lo que si les sobraba era simpatía. Encontré una carroza, que parecía una peña de la marca de cerveza Binding, fuera del cortejo, rodeada de gente bailando y celebrando al son de la música mientras varias camareras iban repartiendo cerveza, por lo que me acerqué a pedir una con mi cara de guiri solitario. Hubo éxito, y allí estuve un ratillo con ellos, uniéndome así al ambiente de carnaval.

Siguió la ruta con un paseo junto al río para posteriormente dirigirme hacia el interior de la ciudad buscando la zona mas antigua, aunque la verdad que no resultó gran cosa. Volví a cruzarme con la cabalgata, en esta ocasión lo que me dieron fue un pastelito de chocolate, que me vino de perlas tras la bratwurst que acababa de comerme.

Por esta zona el ambiente era mayor que por el paseo fluvial, pero empezaba a cansarme de ver las mismas carrozas, así que abandone la zona para conocer la parte moderna de la ciudad. Increíble. Aquí se demuestra quien parte el bacalao, económicamente hablando, en la Unión Europea. Rascacielos y otros edificios lujosos es lo que abundaba por allí, entre otros la Torre Commerzbank, la mas alta de Europa. Con esto, ya agotado de todo el día, me di por satisfecho y fui en busca de un tren hacia mi siguiente destino: Mainz, donde había quedado con Lucia.

Aunque ella está ahora en Berlín de prácticas, estaba de visita el fin de semana de carnaval, ya que aun tiene alquilada su habitación desde año pasado, cuando estuvo de Erasmus, y donde yo me quedé las dos noches. Vino a recogerme a la estación con Marek, y tras descargar mi equipaje quedamos con el resto de amigos para ir a cenar, tomar algunas cervezas e ir a una de las carpas que había por allí. Esa misma noche se supone que Lucia volvía a Berlín, pues trabajaba al día siguiente, pero estaba dudando si quedarse e ir al médico, pues estaba mala de la garganta. Finalmente decidió irse, pero no pudo, perdió el tren y volvió a casa a seguir durmiendo y prepararse para la mañana siguiente celebrar el Rosenmontag.

El Rosenmontag es el día grande, y el último, del carnaval. A media mañana comenzaba una magnifica cabalgata por toda la ciudad, arropada por ciudadanos y visitantes, bebiendo y cantando a su alrededor. Y allí estaba yo, gracias a una confusión al comprar los billetes, con Lucia, rodeado de alemanes por primera vez en toda el año, celebrando el carnaval con ellos.

Tras la cabalgata, el ambiente se trasladaba a una plaza del centro, donde estaba el escenario principal. No cabía más gente. Durante todo el día traté de quedar con Luis, amigo de Berlín que también estaba allí con otro amigo, pero entre tanta gente fue imposible coincidir. A medianoche, bajo una copiosa nevada de despedida, la música tocaba a su fin, y con ella el carnaval y, prácticamente, mi viaje por el oeste de Alemania.

Al día siguiente, después de dar un paseo por las zonas que parecían más turísticas y comer algo, quedé con Luis, ahora sí, para coger el bus al aeropuerto, pues volvíamos a Berlín en el mismo vuelo. Ahora toca descansar y prepararse para los próximos eventos del mes: las visitas comienzan a llegar.

Ruta Carnavalera. Primera parte.

Las confusiones a la hora de comprar los billetes de avión no han sido los únicos problemas en la planificación de este viaje. El alojamiento, en principio, solo lo tenía garantizado en Mainz, cerca de Frankfurt, ya que Lucia, al ver mi plan de viaje en Facebook me ofreció su casa para pasar allí la noche y así poder vivir también el Rosenmontag, el día grande de otro de los carnavales más importantes de Alemania.

Pero lo primero era dormir en Köln. Por un lado Sandra y Belén, que iban con más amigos y se quedaban en casa de otra amiga de allí, por otro Olga y Lara, que solo hacían la noche del sábado y no les importaba pasar la noche en alguna estación y luego ir directamente al aeropuerto, y por último Xavi y Blanca, que también se habían apuntado y estaban los mismos días que yo.

En principio estuve buscando algún albergue barato para nosotros tres, aunque fuera en los alrededores de Köln, pero Blanca por su lado encontró algo de couchsurfing solo para Xavi y ella. Así que a sólo tres días del viaje me tuve que poner a buscarme algo para mí. Unos 90 mensajes envié, con solo la mitad de respuestas, de todas ellas, quizás tuviera noche solo para el viernes. Finalmente conseguí alojamiento para ese día, y además, el mismo miércoles por la noche, solo horas antes de coger el avión, hablé con otro chico para quedarme en su casa el jueves.

Pues allá vamos. A la llegada a Weeze, el aeropuerto de Ryanair en Dusseldorf, Sandra, Belén y compañía deciden alquilar un coche para pasar el día en Dusseldorf y recoger a otra amiga que llegaba por la noche, y como había una plaza libre aproveché y me quedé con ellos.

Llegamos al centro a eso de las 11 de la mañana. Todo era una manada de gente borracha celebrando desde las primeras horas del día. Bares y restaurantes convertidos en autenticas discotecas y con considerables colas para entrar. Por lo demás, mucho frío en una ciudad bonita, aunque realmente al mediodía ya no sabíamos a donde ir, ya que la visita fue un poco improvisada y no teníamos demasiada información turística. Así que decidimos irnos ya a Köln y que la amiga que llegaba por la noche cogiera un bus.

Ambas ciudades están bastante cerca, apenas media hora en coche. Me dejaron en el piso donde me estrenaría como couchsurfer. Christian y su novia, ambos ecuatorianos y muy simpáticos vivían allí. Estuve un rato charlando con ellos, contándonos un poco nuestra vida, me enseñaron “mi” habitación, me dieron la llave del piso y me ofrecieron todo lo necesario. Increíble la hospitalidad que tienen por estos lares.

Tras la breve charla y una mínima orientación sobre que ver y hacer en Köln, quede con Xavi y Blanca, disfraz en mano, o mejor dicho, disfraz en culo, mientras el resto iba en busca de su alojamiento. Estaban con Anni, amiga de Esther, una amiga nuestra de Berlín. Anni estaba de Erasmus allí. Pasamos lo que quedaba de tarde haciendo un poco de turismo por el centro y viendo el ambiente, igual o peor incluso que en Dusseldorf, ya que con el paso de las horas el estado eufórico de la gente iba en aumento. Por la noche, tras comerme uno de los peores kebaps desde que estoy en Alemania, salimos de fiesta todos, aunque Anni se fue a recoger a una amiga que llegaba de Inglaterra. Poco más aguantamos allí tras el cansancio acumulado.

Al día siguiente quedamos con Anni y Penélope, su amiga que de Erasmus en Southampton y vino la noche anterior también de carnaval. Increíble la catedral. Tras una interminable calle llena de tiendas y acompañados por mujeres consumistas, nos metimos a comer antes de seguir paseando. Al salir, apareció la nieve, volvió el invierno que pensábamos haber dejado en Berlín.

De vuelta al centro, ya por la tarde, mientras Xavi y Blanca habían quedado para cenar con su “anfitrión”, yo fui en busca de mi segundo alojamiento. Deepak, un chaval indú, me esperaba en la estación para ir a su casa, cerca de allí y, casualmente, casi en frente de donde se quedaban los otros. Deepak también muy simpático, incluso me estuvo enseñando sus apuntes de lo poco que había estudiado de español. Posteriormente me pidió disculpas porque solo tenía una copia de las llaves. Oh dios mío, pedir disculpas por no darme las llaves de su casa. El método para volver a casa fue dejarla en una maceta del patio interior, el primero que llegue la cogería y el otro llamaría por teléfono al llegar.

Este chico esperaba un poco más de conversación y trato personal, pero yo había quedado con Anni y Penélope para cenar en su casa y posteriormente de fiesta. Xavi se unió a nosotros el resto de la noche, pero Blanca se apalancó y se quedó en casa. Fue una noche bastante divertida. Mención especial para Penélope, desconocedora del “Pfand” y de vivir de él. Y como guinda al pastel, recibo un mensaje de Marina. Al día siguiente llegan desde Berlín diez más desde Berlín, que sobre la marcha han decidido pegarse 9 horas de viaje para una noche de carnaval comprando dos Shoneswochenendetickets.

Pero el sábado, tras haber visto la ciudad, esperemos a que Lara y Olga llegaran, que ellas venían por la mañana en avión, y fuimos a Bonn, capital de la antigua RFA, a menos de una hora en S-bahn. Un bonito casco histórico, aunque tampoco nada del otro mundo. De vuelta a Köln quedamos ya con el resto de berlineses para salir de fiesta, aunque hubo unos cuantos que se perdieron y la noche fue un tanto difusa, pero para los que permanecimos fue genial.

Para dormir ese último día, Anni nos ofreció un colchón hinchable en su casa para Olga, Lara y yo, así que finalmente pudimos quedarnos allí, aunque para mi solo fueron unas pocas horas, el domingo a primera hora cogí un tren a Frankfurt para proseguir mi ruta.

Fin de semestre

Esta semana el semestre toca su fin, aunque realmente no es semestre, apenas llega a 5 meses. Pero que rápido pasa el tiempo, menos mal que hasta julio todavía quedan casi medio año mas.
El lunes ya acabó el curso de alemán, aunque estaba al filo de la navaja tanto por clases perdidas como por la nota, finalmente lo he aprobado, así que ahora se supone que tengo un nivel B1.1 de alemán. Mucha tela.
Por otro lado están las asignaturas de mi carrera. En una de ellas, Middleware, perdí el derecho a examen porque no fuimos capaces de hacer unas prácticas y tener la puntuación para poder evaluarme. En las otras dos sí, pero los exámenes los tenemos a final de Marzo o principios de Abril. En Digitale Medien hicimos los ejercicios necesarios para lograr los 50 puntos, que era el mínimo necesario. Hice un par de diseños gráficos y una canción. Uno de ellos fue especialmente, cuanto menos, curioso. Lo titulé “La puerta del Giraldillo”, por razones obvias. Para Computer Graphik la práctica consistía en desarrollar alguna aplicación grafica usando OpenGL, elegimos un “juego” de navecitas, aunque realmente acabo siendo una nave moviéndose sobre un Sistema Solar y unas naves enemigas que se mueven hacia la nave principal. Aunque tampoco hicimos nada asombroso. Posteriormente se supone que teníamos que exponer nuestro trabajo en clase, pero el profesor nos dejo mandárselo por email, ya que no íbamos a poder asistir a la clase en cuestión.
Y es que se avecina un mes frenético. Empieza mañana, el primer paso es la ruta carnavalera por el oeste de Alemania. Hace unos años, cuando Jorge pretendía haberse ido de Erasmus a Freiburg, ya me estuvo hablando de los carnavales y me propuse comprobarlo personalmente. La planificación empezó, allá por principios de enero, siendo un tanto accidentada. Sandra y Belén me dijeron que iban a ir, así que sin pensármelo más, incluso sin saber donde dormir ni el plan de viaje, me lancé a comprar los billetes, sobre todo viendo los precios.
Pero no iba a ser tan sencillo, había comprado los billetes para irme del 11 al 16, pero me confundí, ellas se volvían el 15. Además viajar el día 15 era más caro, así que la solución que se me ocurrió fue que para estar yo solo allí un día, mejor conocer otra ciudad, así que me compre otro billete de vuelta para el mismo día 16 pero desde Frankfurt.
Aún quedaba un contratiempo más. El 12 de febrero podría tener el examen de ASP1 si no aprobaba el parcial del 11 de Enero, así que por si acaso, me compre otro billete de ida para el 12 de febrero, después del hipotético examen. En total compré 4 billetes y gasté menos de 20€. Así da gusto viajar. El caso es que suspendí ese examen, pero no podía hacer el segundo porque ese día mi coordinador de Berlín estaría en Oslo en un congreso y no podía atenderme para realizarlo. Así que, con una asignatura segura para Septiembre, mañana me voy a los carnavales para comenzar un mes bastante ajetreado…veremos como va todo…

Primera visita y vuelta a Sevilla

Durante estos días he tenido mi primera visita, mis padres han venido a pasar el puente en Berlín. El sábado por la noche llegaron, sin demasiado tiempo, buscar algo de cenar y a dormir.

Fueron pocos días, solo dos, pero muy completos, eso sí, había que madrugar. Hubo tiempo para todo: pasear por la ciudad a pesar del mal tiempo, visitar museos, tomar unas cervezas, ir de compras…incluso para ir a clase, porque el lunes tenia clase de alemán.

Algo muy típico por estas fechas son los mercados de navidad, sembrados por doquier, en cualquier plaza o acera suficientemente ancha. Hay de todo: tiendas de artículos navideños, cerveza, comidas y, sobre todo, Glühwein, un vino con especias que se sirve caliente, con un aroma que inunda todos los mercados.

Ahora toca hacer la maleta, me vuelvo a Sevilla a hacer mis exámenes y de vacaciones de Navidad, pero antes toca deshacer la otra, ya que con mis padres me llegaron reservas de aceite, vinagre de vino de Jerez, café Catunambú, jamón y lomo. De vuelta para Sevilla, además de mi ropa, se va parte de mi colección de botellines de cerveza, colección que por supuesto estoy ampliando en Alemania.

Hora de partir, y toca pensar, ¿un mes en Sevilla o un mes fuera de Berlín? Aquí, durante un mes, dejare 3 meses de gente y experiencias para no olvidar, un sitio al que incluso ya llamo “mi casa”. Pero Sevilla siempre es Sevilla, allí, durante un mes, espera mucha gente con las que reencontrarme, recordar momentos de meses pasados y vivir otros nuevos, y además, ahora que en Berlín comienzan a bajar las temperaturas, el bueno tiempo del sur no vendrá mal para reponer fuerzas.

Como nota negativa, una de las experiencias que repetiré en Sevilla serán los días de biblioteca, puesto que además del examen de mañana, me queda toda una semana de estudio para el otro examen, esperemos que haya suerte.

Allá voy, Sevilla. Bis bald, Berlín.

Schönes-Wochenende-Ticket

Literalmente significa buen fin de semana, aunque ahora las condiciones han cambiado y solo es aplicable a un día. Se trata de un billete de tren que la Deutsche Bahn, la empresa alemana de ferrocarriles, oferta para viajar en grupo los fines de semana.

Como ya he dicho, la validez del billete ha cambiado. Antes servía para sábados y domingos, ahora solo para un día. En cualquier caso el precio es más que asequible: 37€ para 5 personas, y da derecho a viajar en cualquier tren regional, por un numero ilimitado de veces.

Viajar en trenes regionales no es la panacea, debido a su velocidad y la limitación de destinos, ya que, como su propio nombre indica, solo abarcan trayectos de corta o media distancia, pero gracias a la libertad de hacer trasbordos es una muy buena opción para viajes de ida y vuelta en el día a ciudad relativamente cercanas.

Con ese objetivo plateamos semanas atrás nuestra pequeña escapada a Leipzig, sin embargo algunos cometimos el error de salir la noche anterior habiendo quedado por la mañana temprano. Algunos de nosotros rehicimos los planes para irnos en coche con otro amigo y quedarnos a pasar una noche allí, pero hubo un malentendido con el del coche y a la hora que habíamos quedado ya era tarde para irnos en tren y volver en el día. El tiempo aprovechable en Leipzig no merecía la pena.

El segundo intento fue ir a Dresden. Aprendiendo de los errores, la noche anterior simplemente tuvimos cenita y a acostarse temprano, que el tren salía a eso de las 8 de la mañana. A media mañana estábamos en Dresden.

Guía turística en mano, nos recorrimos la ciudad hasta la tarde, que volvimos en el tren de las 7. Tuvimos tiempo para pasear tanto por la ciudad vieja como por la “moderna”. Además, por las cercanías de la Navidad, pudimos disfrutar, al igual que en Berlín, de un gran ambiente de calle en torno a los muchos mercados navideños. Y es que en Alemania surgen estos mercados al mínimo espacio libre que haya: plazas, parques, acerados anchos…

Rumbo a Estocolmo

Berlín es un perfecto punto de partida para multitud de destinos a todo lo largo y ancho del continente europeo, tanto por su posición central como por sus posibilidades. Por muchos es conocida mi afición por viajar y buscar posibles destinos casi continuamente, y en esta ocasión no iba a cambiar la cosa.Allá por finales de Septiembre, tras alquilar la furgoneta para ir a Munich, compré el primero de mis billetes de avión desde Berlín: destino Estocolmo. Encontré la oferta para finales de Noviembre por 13€ ida y vuelta y… ¿por qué esperar? Aunque pudiera parecer un precio inmejorable, posteriormente salieron nuevas ofertas y hubo quien lo compro incluso a 0.01€ por trayecto. 11 personas nos juntamos finalmente, cómo no, los españoles siempre en masa.

La pega, como suele pasar con Ryanair, es que el vuelo aterriza en un aeropuerto secundario que realmente estaba alejado de la ciudad, Skavsta, aproximadamente a una hora en autobús.

En la estación central nos recoge Marcos, que tenia billete para el día de antes que el resto del grupo y ya había tenido tiempo de moverse por allí. Antes que nada a soltar el equipaje, en un albergue muy céntrico y bastante bien de precio. Dormíamos nueve personas en una habitación de ocho, y aparte otros dos que estaban en otra habitación de seis. El edificio era laberíntico, con escaleras y pasillos por todos lados, siempre había más de una forma de llegar al mismo sitio. De vez en cuando también podías encontrarte alguna cocina o algún pequeño salón con sillones o incluso televisión. Pero lo mejor estaba en la cocina principal, donde continuamente reponían una gran caja de macarrones y por las mañana café. Todo un “lujo”.

Libres de carga, salimos a conocer un poco la ciudad, sin mucho frío y nada de nieve, algo que personalmente me hubiera gustado, ya que, al pensar en países nórdicos, la nieve es de lo primero que se viene a la cabeza. Es una ciudad muy distinta a cualquiera de las que hasta ahora conocía, formada por numerosas islas sobre varios lagos, siempre con el agua a la vista. Incluso el barco forma parte de la red de transporte público.

El primer día nos dirigimos a Skansen un museo al aire libre donde se exponen multitud de típicas construcciones de la antigua Suecia en un entorno natural donde también se muestra la fauna de la zona. Seguimos nuestras visitas, al día siguiente, por el Museo Vasa y el de Arte Moderno. El primero de ellos se muestra un viejo galeón rescatado del fondo del mar tras hundirse recién construido y todavía en las puertas de los astilleros. El segundo, como su propio nombre indica, arte moderno.

Además de los museos había que recorrer la ciudad, incluso en metro, pues tiene unas estaciones muy peculiares, a gran cota de profundidad y construidas directamente sobre la roca, y dando una sensación de estar en una cueva. Paseando por sus abiertas avenidas y calles comerciales adornadas para la navidad, descubrimos Gamla Stan (la ciudad antigua), Djurgården, donde se sitúan gran parte de los museos, o Södermalm, uno de los barrios con más ambiente nocturno.

Sin embargo, el ambiente nocturno fue algo que nos faltó. Teníamos intención de salir las dos noches que estuvimos, pero tras cenar en el albergue y ponernos a beber algo siempre nos entraba la pereza y nos quedábamos allí, que no era precisamente aburrido. Solo la ultima noche, antes de irnos al aeropuerto, estuvimos tomando una copa en el Absolut Ice Bar, un local donde todo era de hielo: paredes, asientos, barra, vasos…una buen lugar para la despedirse y volver a Berlín

20 Jahre Mauer Fall

Berlín es una ciudad que ha sufrido la ira de la Historia hasta una época reciente. El fin de la Segunda Guerra Mundial no supuso la tranquilidad para la ciudad, la consecuencia fue años de separación detrás de un muro de la vergüenza que separaba las zonas de los bandos participantes. Kilómetros de hormigón que no dejaban cerrar las heridas abiertas durante 6 años de matanza y otros 44 de enfrentamientos políticos e ideológicos.Finalmente, como no podía ser de otra forma en una sociedad moderna, el 9 de Noviembre de 1989 comenzó el derribo, el reencuentro, la reunificación, la paz definitiva. Tantos años de sufrimiento no se borran de las mentes alemanas por arte de magia. Mentes que siguen albergando demasiados recuerdos recientes como para ser olvidados, y que se esfuerzan en dar a conocer para mostrar a todos el error que se cometido por todos.

Hasta donde yo se, el alemán de a pie quiere saber y que se sepa, las causas y consecuencias, que sirva para que nada de esto se vuelva a repetir jamás. Y por ello no han querido desperdiciar la oportunidad de celebrar el 20 aniversario de este acontecimiento de tal importancia para la Historia mundial. Y entre todos (prensa, publicidad, profesores…) se habían encargado de que los actos culturales en torno a esta celebración, así como el evento central, no pasara desapercibido para nadie y todos pudiéramos ser testigos de este acontecimiento.


Los primeros pasos se dieron con la restauración de las pinturas existentes en los fragmentos de muro que aún se conservan como testigos de la Historia. Los artistas que en su día plasmaron sus sentimientos volvieron a Berlín para dar otro empujón a la democracia. Semanas antes del día del aniversario empezó a publicitarse por internet el Mauer Mob, un proyecto que pretendió formar una cadena humana de las más diversas nacionalidades a lo largo del trazado del antiguo muro. Ni la MTV quiso pasar desapercibida, celebrando en la capital alemana la entrega de los MTV Europe Music Awards 2009, con multitud de actos conmemorativos. Aparte de la entrega de premios en si, fue especialmente emotivo el concierto gratuito que U2 ofreció bajo la Puerta de Brandemburgo.

Y finalmente llego el día del Fest der Freiheit (Fiesta de la Libertad). El lunes 9 de noviembre fue uno de los pocos días de continua lluvia que hemos tenido en lo que llevamos aquí, pero eso no era excusa. Miles de personas se congregaron en torno a la Puerta de Brandemburgo y la cadena de dominó gigante, un domino que representaba los bloques de hormigón derribados 20 años atrás, con pinturas significativas, y que 20 años después volverían a caer para recuerdo de todos.

Numerosas personalidades de la política internacional fueron citadas aquí para mostrar su apoyo a la causa, desde Presidentes de Estado y de Gobierno actuales, con Angela Merkel, criada en Ost Berlín como maestra de ceremonias y rememorando el paso 20 años atrás por el liberado paso fronterizo de Bornholmer Strasse.

Finalmente, tras los discursos institucionales, testimonios de berlineses que aquella noche también cruzaron el muro, y la interpretación por parte de Bon Jovi de «We Weren’t Born To Follow» (No Nacimos para Servir), escrita para tal día, la caída del dominó llego a la Puerta de Brandemburgo para dar por finalizado tan emotivo acto.

Ahora, la Historia sigue

Tras años de espera…Oktoberfest

Llevo años queriendo organizar un viaje a Munich a lo que en España se conoce como feria de la cerveza, 3 años posiblemente. Pero finalmente entre una cosa y otra, los precios principalmente, el plan se caía. Pero este año era la oportunidad de oro. Estaba mas cerca que nunca.Ya desde le verano estuve intentando, sin conseguirlo, mantener contacto con gente que quisiera ir. Fue ya cuando llegue a Berlín cuando empecé a plantearlo a la gente seriamente. 14 personas nos juntamos, aunque 3 se rajaron finalmente, alquilamos furgoneta y coche y…there we go!!!!

Es un gustazo conducir por las autobahn. Primero decir que lo de no haber limites de velocidad es un mito. Es por tramos, y dependiendo de las legislación local de cada sitio. Pero aun así, había tramos libres, adelantamientos realmente visto y no visto. Podíamos ir nosotros a 160 que igualmente nos iban a adelantar, quizás a ¿200km/h? Y aun así no existe peligro extra, la gente conduce muy bien. Aquí normalmente la gente te facilita los adelantamientos echándose al carril de la derecha para que tu puedas seguir por el carril central, sin pasarte a la izquierda, que parece estar reservado para muy altas velocidades. Algo realmente inimaginable en España, donde parece que el carril de la derecha da calambre y todo el mundo va por la izquierda. Y el firme de la carretera igualmente en perfectas condiciones de mantenimiento, nada de baches y demás, incluso de noche y lloviendo podías ir a cierta velocidad que en España cualquier persona se lo pensaría. Lo dicho, un gustazo.

El caso es que tras casi 6 horas de viaje llegamos a Munich, o München, si hablamos con propiedad. La llegada a tierras bávaras fue un tanto confusa. El plan era dormir en los coches, pero había que aparcarlos en algún sitio, claro. Tras varios intentos fallidos terminamos donde empezamos, en una calle tranquila junto a un “parque” delante de casa de la amiga de Luis, que él sí tuvo la suerte de dormir como las personas. Ente una cosa y otra empezamos a hacer turismo a las 8 de la tarde, de noche ya. Aun así, München me encantó. Si no fuera porque tengo otros muchos sitios por ver no me importaría repetir. Después de cenar, una cerveza y a dormir, o a intentarlo, que mañana toca madrugar.

Domingo 4 de octubre, clausura de la oktoberfest 2009, a las 7 y pico de la mañana allí estábamos haciendo cola para entrar en una carpa. Si no haces eso corres el riesgo de quedarte sin sitio, y como no estés sentado no te sirven nada. Como preferíamos evitar ese riesgo pues a las 8, apertura de puertas, allí estábamos sentados, y a las 9.05 la primera cerveza. Oh mein gott!!!
Pronto la gente empieza a animarse, las demostraciones cerveciles de beberse una jarra de golpe (1 litro) se sucedían, mientras toda la carpa animaba a cada protagonista. A las 11 se estrena la banda de música, el ambiente ya se desborda. Gente cantando y bailando en los bancos. Ein Prosit!!!

Lo que no cambia son las jarras de cervezas que van y vienen por todos los pasillos, gente que conoce a otra gente, de cualquier rincón del mundo. Salgo a la calle a comer algo y el ambiente es el mismo, todo lleno de gente, un sol de justicia, puestecillos de comida, tómbolas… como cualquier tarde de Feria de Sevilla.

De vuelta al interior el ambiente continúa y la gente empieza a desvariar cada vez más. Y lo que queda hasta las 11 de la noche, hora de cierre. Pero el cansancio hace estragos y a las 9.30 emprendo la retirada. Más de 12 horas allí metido después de haber dormido poco y mal. Y mañana queda la vuelta a Berlín.

Como el sábado tuvimos poco tiempo de hacer turismo el lunes por la mañana quisimos exprimir el fin de semana y volvimos a ver el centro de día. Con toque de reloj en el Ayuntamiento incluido.

Después de comer de maravilla en casa los amigos de Luis, emprendemos viaje de vuelta a Berlín, donde costó llegar a dejar el coche porque el GPS no reconoce las obras en las calles. Sí, siguen sin gustarme los GPS, aunque reconozco que para sitios totalmente desconocidos es un aparatejo útil).

Viaje sin duda que mereció la pena tras los intentos fallidos, aunque me quedé con más ganas de München y sobre todo con mas ganas de Oktoberfest, pero claro, a ver que bolsillo aguanta varios días de celebración. Volveré.

Conociendo mi nueva ciudad

Después de un tiempo toca ir conociendo el lugar donde vives. Por ahora solo el primer fin de semana estuve de turismo, por la zona mas céntrica: Brandenburger Tor, Reichstag, Postdamer Platz…y poco más. Aunque con la cosa de buscar piso realmente acabas conociendo “media” ciudad. Lo de “media” es por decir algo.
Otra forma de conocer es yendo de compras, como por ejemplo al mercado de la fruta y la verdura de Kreuzberg los martes y viernes, donde también he comprado de la mejor carne que se ve por aquí. Suelo frecuentarlo bastante.IKEA es otro sitio donde también he ido alguna que otra vez, a los dos que hay, pero apenas me he comprado una estantería, perchas, y una taza para el desayuno, que las que hay en mi casa son muy pequeñas. Curioso.

Cuando he ido a casa de amigos también he conocido sitios nuevos, o cuando salgo por ahí a tomar algo o de fiesta…pero nada de esto es turismo propiamente dicho.

Un día decidimos hacer turismo de verdad, a Potsdam, una ciudad histórica al suroeste de Berlín, a 15 o 20 minutos en tren. El principal atractivo es el Parque de Sanssoucci, residencia mandada a construir por el rey Federico el Grande en 1744. Está presidida por el palacio del mismo nombre. A lo largo y ancho del enorme parque se respira la tranquilidad de la naturaleza, amenizada por la gran fuente central. También podemos encontrar el Nuevo Palacio, el Palacio de Orangerie o el de Charlottenhof. Todos ellos acogieron a Monarquía y diversas instituciones gubernamentales a lo largo de la historia.

Otros puntos de interés en Potsdam son el barrio ruso y la ciudad antigua, por donde también estuvimos paseando. Pero pronto el cansancio hizo estragos y decidimos volver otro día para seguir conociendo esta interesante ciudad, como sus parques patrimonio de la humanidad y otros sitios históricos.

Además del turismo, Berlín es una magnifica ciudad para la vida cultural. La agenda de eventos es asombrosa, y también hay que aprovecharla. El primer acto al que asistimos fue a la ópera, que realmente resulto ser un entretenido musical, en alemán por supuesto, aunque con subtítulos en ingles en las pantallas de los asientos.

Incluso la Universidad organizaba un evento por semana para los estudiantes del curso intensivo de alemán. Las dos primeras me las perdí: cine y una conferencia de cine. La siguiente era imprescindible: Pergamon Museum, dedicado a las culturas del Islam, Roma, Mesopotamia y Grecia, cuya ciudad de Pergamo da nombre al museo con el altar de Zeus Impresionante. Tan impresionante que me quedo medio museo por ver. Otro sitio al que habrá que volver. La última invitación fue a una vistosa performance en un teatro céntrico con muy buen ambiente.

También esta la costumbre de ir los domingos al mediodía a Mauerpark. El parque no tiene nada en especial por si mismo, bastante simplón, salvo por el fragmento del antiguo muro que podemos contemplar allí. Pero si vamos un domingo la cosa cambia. Un mercadillo donde podemos encontrar de todo (vi un Tetris de la primera Game Boy que salió a la venta) y sobre todo el karaoke. Ambientazo. Cientos de personas en una pequeña ladera o en la grada, mirando al escenario donde un grupito improvisa un karaoke para animar a la gente. Si el tiempo acompaña, como este fin de semana, es un gustazo estar allí tirado tomando el sol en pantalón corto y escuchando a la gente. Quien me iba a decir que en Berlín echaría de menos mis chanclas…

Y ya casi se me olvidaba, mi propia Universidad es un sitio turístico, uno de los edificios históricos junto a la Isla de los Museos, donde estudiaron y enseñaron ilustres de todos los campos del conocimiento a lo largo de la historia. Aunque desgraciadamente yo no doy las clases allí, un mes antes de venir a Berlín descubrí que mi Campus está a 13km de allí, 2 estaciones antes del aeropuerto de Schonefeld, pero bueno…otro lugar mas para conocer.

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