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Buscado un techo para vivir

Como ya he dicho antes, eso de tener piso en Berlín no es nada fácil. Pase hasta por 4 sitios antes de encontrar cama definitivamente. El primero ya lo tenía reservado desde Sevilla, Amstel Hostels, cerca del extremo oeste de Tiergarten. Un buen sitio, aunque le faltaba el desayuno y un poco de fiabilidad en la conexión a internet. Visto en un mapa parece céntrico, pero las primeras veces que vas y vienes….cruzar el parque de punta a punta se hace muy pesado. De hecho, uno de esos días, volviendo de tomar algo con Lucas y Zurdo, daba pereza coger el metro, así que al pasar por la puerta de su albergue (Berlin City Hostel)…me quedé con ellos en su albergue, en pleno centro. Total…íbamos a quedar horas después para hacer algo de turismo y seguir buscando piso.Aunque lo del piso no tuvo demasiado resultado. Visité a unos italianos que me dijeron que habían elegido a otro y a uno de los seres más extraños en uno de los antros más, dejémoslo en raro, que he conocido en mi vida.

La señora, que bien podría decir sucedáneo de Diógenes, me dirige a la “cocina-salón”, una minihabitación con un sofá, una mesa llena de trastos hasta el techo donde apenas cabría un plato para comer, una mini pila a modo de fregadero, una nevera bastante pequeña y una hornilla que por algún sitio andaría, pero yo no la encontré. Pues la personaja esta, como salida de un comic, me sienta allí, despliega un royo de papel parecido al del papel de aluminio y empieza a hacerme preguntas….

– ¿Cuál es tu color favorito?
– ¿Por qué?
– ¿Qué piensas de ese color?
– ¿Cuál es tu animal favorito?
– ¿Por qué?
– …

Y yo flipando…Se me ocurre responderle que el tigre, lo primero que se me vino a la cabeza, aquello tenía tan poco sentido que no me iba a parar a pensar. Me responde que es un animal fuerte y dominante, al contrario que una chica que vivía en el piso, que somos como el Ying-Yang. El surrealismo va subiendo de nivel, y seguimos: la comida. Resultó ser vegetariana, pero no solo de no comer carne, si no de incluso darle asco, de parecerle estúpida la gente que va al McDonalds y similares. Eso sí, el jamón serrano sí que le gusta. Nos ha jodio….

También era taoista, contándome no se que historias de la religión que ya ni recuerdo. Y todo esto mezclando inglés y alemán, contribuyendo a que me volviera más loco todavía, así que ya estaba un poco pasando de la absurda conversación y había veces que divagaba en mi burbuja…pero quedaba lo mejor: entrar en la habitación. ¿Habéis visto Jumanji? Pues creo que allí se filmo alguna escena. En la habitación había una planta cuyas hojas (o copa, no se como llamarlo, era como un árbol) ocupaba medio techo. Y yo juraría que me tropecé con algo que parecían raíces en el suelo. Pero sinceramente, entre la poca luz y el poco interés que tenía en el piso, tampoco me esforcé en averiguar qué cojones tenían plantado allí. Y lo mas gracioso, no dejó entrar a Blanca porque decía que iba a influir en el aura. Que en la habitación tenía que entrar yo solo y captar su esencia. En fin, buenas noches.

Esa noche Lucas y Zurdo se volvían a España y, como en mi habitación había una litera que la tenía pagada entera, Blanca se vino a mi albergue, así salía más barato y además no estábamos solos. De su albergue al mío…primera mudanza que nos cargamos.

Dos noches mas allí y se acaba la reserva, toca mudanza. Yo a un nuevo albergue, el Helter Skelter, en el centro, al lado del Sprachenzentrum y donde ya dormían Pablo, Lara y Olga. Blanca….a su nueva casa. Por la tarde firma contrato y…sorpresa. Habitación sin muebles. Como en la habitación de mi nuevo albergue solo estaba con un chino y otras 4 camas libres…pues esa noche la pasó en una de ellas, aunque en plan okupa.


La mañana siguiente otra entrevista, un tío un tanto raro, muy irónico, aunque no me disgustaba. No dio señales de vida. Pero no fue necesario. La siguiente entrevista me cambió la cara, Blanca dixit. Empecemos por los contras: un hombre de unos 40 años un tanto maniático, con instrucciones demasiado concisas tales como que si no me importa cocinar sin ajo porque no le gusta el olor, que no meta las cosas en el lavavajillas hasta que no haya suficientes cosas para ponerlo a lavar…pero era una habitación completísima, al igual que el resto del piso, en una undécima planta, con ventana a la calle, a 5 minutos andando de Alexander Platz y baratísimo para la zona donde estaba. Me dice que me decida cuando quiera y que lo llame…más fácil imposible.

Al llegar al albergue por la noche, decidido a tomar una cerveza con los tres vecinos y Javi, que también andaba de visita, me encuentro con la sorpresa de que me largan de allí por la okupación de la noche anterior. Ni pagando la noche me dejaban quedarme, “las normas del hostal”, decían, y eran las 12 de la noche. Hoy por ti mañana por mi, como Blanca ya tenia algo para dormir, pues esta noche tocaba allí.


Suficientes contratiempos iban ya. A la mañana siguiente confirmo que me quedo con la casa, y por la tarde la mudanza. Casualidades de la vida, era mi 25º cumpleaños. Buen regalo. Por la noche BBQ Erasmus Boat Party, había motivos para celebrar.