Durante estos días he tenido mi primera visita, mis padres han venido a pasar el puente en Berlín. El sábado por la noche llegaron, sin demasiado tiempo, buscar algo de cenar y a dormir.
Fueron pocos días, solo dos, pero muy completos, eso sí, había que madrugar. Hubo tiempo para todo: pasear por la ciudad a pesar del mal tiempo, visitar museos, tomar unas cervezas, ir de compras…incluso para ir a clase, porque el lunes tenia clase de alemán.
Algo muy típico por estas fechas son los mercados de navidad, sembrados por doquier, en cualquier plaza o acera suficientemente ancha. Hay de todo: tiendas de artículos navideños, cerveza, comidas y, sobre todo, Glühwein, un vino con especias que se sirve caliente, con un aroma que inunda todos los mercados.
Ahora toca hacer la maleta, me vuelvo a Sevilla a hacer mis exámenes y de vacaciones de Navidad, pero antes toca deshacer la otra, ya que con mis padres me llegaron reservas de aceite, vinagre de vino de Jerez, café Catunambú, jamón y lomo. De vuelta para Sevilla, además de mi ropa, se va parte de mi colección de botellines de cerveza, colección que por supuesto estoy ampliando en Alemania.
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Como nota negativa, una de las experiencias que repetiré en Sevilla serán los días de biblioteca, puesto que además del examen de mañana, me queda toda una semana de estudio para el otro examen, esperemos que haya suerte.
Allá voy, Sevilla. Bis bald, Berlín.