NOTA: este texto fue parcialmente publicado en Sevilla Actualidad el pasado 10 de noviembre
Durante el fin de semana del 9 de noviembre se han sucedido los actos de conmemoración del 25 años de la caída del Muro de Berlin, que han animado a miles de berlineses y visitantes a recordar aquellos años fatales, a sus víctimas y la apertura que supuso la libre circulación de ciudadanos que azarosamente vivían en territorio de la RDA.
Conciertos, memoriales o conferencias han envuelto a la Lichtgrenze -frontera de luces- que durante todo el fin de semana ha recorrido el trazado de lo que fuera el muro de la vergüenza. Desde el Oberbaumbrücke, pasando por la East Side Gallery, el Check Point Charly, la Puerta de Brandemburgo, la Bernaurestrasse o Mauerpark, hasta llegar a la Bornhormerstrasse. En aquel lugar, hoy llamado Platz des 9 November 1989, fue donde el muro empezó a caer.
La caída del Muro de Berlin
Aquel día, apenas unas horas después de que la prensa informara de la conferencia internacional de prensa de Schawoski, donde erróneamente anunció que la RDA permitiría a los ‘ostberliners’ viajar al extranjero ‘»desde ahora mismo», miles de berlineses se acercaban a los puestos fronterizos. No hubo una sola detonación a pesar de la existente norma de disparar a matar a todo aquel que intentara traspasar el muro. No hubo ninguna orden que dijera lo contrario, la guardia militar no tenía noticias de las palabras de Schawoski, pero todo permaneció en calma hasta que a las 23:20 la frontera se abrió a los berlineses del Este y el Oeste, terminando con años de aislamiento.
El acto central de la celebración estuvo, además de en la propia Bornholmerstrasse, en la Puerta de Brandemburgo. Con conciertos desde el mediodía, y donde la fantástica banda sonora de las notas de la 9ª sinfonía de Beethoven daba comienzo a la Ballonaktion. Los más de 8000 globos de la frontera de luz eran liberados al cielo a las 19.00, simbolizando la caída de lo que fuera el telón de acero.
El ambiente vivido el fin de semana ha sido excepcional, desde los extranjeros o los jóvenes, a quienes todo esto queda más lejos, hasta los más adultos, que en ocasiones miraban con gran pesar y a la vez alegría, todo lo que rodeaba esta conmemoración.
Para mi este recuerdo del Muro de Berlin ha sido algo muy significativo. Además de volver a mi segunda ciudad una vez más, ha supuesto valorar algo que comenzó a interesarme durante aquel año de Erasmus pero que no terminó por llegar a tanto. Cuando llegué a Berlín en Septiembre de 2009 sabía que allí hubo un muro consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, pero poco más. Con el paso del tiempo, y motivado sobre todo por la celebración del 20 aniversario de su caída, uno que es curioso e inquieto va leyendo e indagando, y se va haciendo una idea de lo que podría haber sido esa ciudad hace apenas 20 años.
Ahora, con un poco más de perspectiva, me ha llevado a ir a Berlín a vivir esta importante efeméride de importancia universal y ser sensible no solo al ambiente festivo del evento, sino también al pesar de las personas y sus recuerdos.