Vivir en Berlín no significa estar aislado del mundo. Realmente, al principio sí que estaba un poco perdido. Apenas leía titulares de noticias en las pantallas del Metro y poco más. Luego volví a la costumbre de leer la prensa española, o más bien la edición local de Sevilla de los periódicos que la tienen. Con ésto, acompañado de Sevilla21, conseguí mantenerme al día sobre mi ciudad. Incluso posteriormente descubrí un periódico on-line en inglés, con edición local también, que me permitió informarme sobre la actualidad berlinesa.
Pero por mucha información que tuviera, por muy cerca que me sintiera algunas veces, había algo que no sería lo mismo jamás, sobre todo por estas fechas. Y es que llegaba el mes grande de Sevilla. Hace ya un par de semanas comenzó con la Semana Santa, propia de Sevilla como ninguna, y son muchas cosas las que se extrañan. Atrás quedaron los años de salir de nazareno, ahora echaba de menos otra forma de vivirla, trabajando. Este año no cargo con la cámara y el trípode durante todo el día, este año no vuelvo a casa tarde, tras una larga jornada de trabajo luchando con la gente en la calle, este año no tendré mi habitación como si fuera un estudio de grabación. En definitiva, si quiero acercarme un poco más a la Semana Santa, este año me toca ver las retrasmisiones de GiraldaTV vía web. Que, dada la excelente cobertura que han dado, tampoco es mala opción. Y dos semanas después, la melancolía vuelve a aparecer.
En principio era la fecha que tenía prevista para volver, pero decidí quedarme en Berlín. Realmente tuve un par de días de debilidad en los que estuve a punto de comprar unos billetes de última hora a precio razonable. Aunque al segundo intento, debido a los problemas aéreos por el volcán islandés, subieron mucho de precio, y aun así, los vuelos seguían cancelados. Menos mal que no lo llegué a comprar. No obstante, habiéndolo previsto con tiempo, la celebración era obligatoria.
Y es que cuando mis hermanos vinieron en febrero ya les había encargado una botella de Manzanilla de Sanlúcar, por lo que pudiera pasar. El primer intento, para el alumbrado, fue con más sevillanos, con Lucia y sus amigos, que seguían por aquí pero de vacaciones, ya que habían acabado sus prácticas pero el volcán islandés les impidió volver en fecha. La idea no cuajó, por lo que el gran encendido de la portada de 2010 lo presencié en solitario, de nuevo por GiraldaTV, como no podía ser de otra forma. Realmente no fue tan solitario, en el chat de la web saludaban más sevillanos por el mundo. De sitios cercanos: Almería, Granada, Valencia, Barcelona, La Coruña. Y no tan cercanos: París, Liverpool, Londres, Utrecht…Berlín. Y una copita de Manzanilla para sumarse a la fiesta.
Para el fin de semana, con el buen tiempo, quedo el resto de la botella. En un parque estuvimos unos cuantos españoles, que aunque no hubieran estado ya la conocían, y Saana, que no se hacía una idea de lo que le estaba explicando. Pero todos coincidieron en que el rebujito fue un gran acierto, en especial la rubia finlandesa, gran aficionada al vino. Todos invitados para el año que viene.