Con el cambio de tiempo y de horario, ahora que amanece mas temprano, hace calor, y anochece mas tarde, las costumbres nocturnas han cambiado. Ahora empiezan a popularizarse las terrazas al pie del rio o de algún canal, siempre que la lluvia lo permitan son muy apetecibles. En mi barrio, por ejemplo, hay muchos pubs que, aunque sin rio ni canales, sacan las mesas a la calle y se está igual de bien. Muchas son las noches que bajo con Marcos y Laura, que viven también por aquí, a tomar una cerveza o un cocktail en alguno de ellos, por Torstrasse o Kastanienalleee, muy baratos y variados. Aun así, los clásicos sitios que conocemos de todo el año también siguen siendo sitios habituales.
Los martes, por ejemplo, hay fiestas en Raw Temple, el local de la antigua Cassiopeia, en la zona de antiguas naves ferroviarias de Warschauerstrasse. Nunca me llamo la atención especialmente. Los miércoles se puede ir al Mittwoch (miércoles en alemán), una extraña y muy berlinesa “discoteca” pseudoclandestina instalada en los bajos abandonados y medio en obras de un edificio. Solo abre los miércoles, y para entrar te piden una contraseña que envían por e-mail si te apuntas a una lista disponible en el interior del local. Un método un poco paradójico que le da un peculiar toque al local, cada vez mas frecuentado por españoles, que ha hecho que lo explotáramos mucho estos meses.
El local típico para los jueves es el Sage Club, pero solo los jueves, los fines de semana se transforma en un extraño lugar llamado Kit Kat Club donde una vez me denegaron la entrada por no ir con chicas. A saber lo que habría dentro. El sitio también es muy berlinés, la puerta se encuentra en el primer vestíbulo de la estación de Henrich-Heine-Strasse. Dentro, aunque es una discoteca más corriente, también hay algún que otro extraño “adorno” en alguna de las salas. Los fines de semana ya son algo mas abiertos. Puede haber fiesta en casa de alguien, alguna fiesta erasmus o simplemente algún plan improvisado para acabar en los sitios de siempre, aunque todavía me quedan muchos por descubrir: Weekend, Watergate, Panorama…
Entre tanta discoteca berlinesa, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, tomamos como escusa de que el Atlético de Madrid jugara la final de la UEFA y el festivo del día siguiente, para salir una noche en Hamburg. Muchos se fueron en autobús, cosa que odio, pero Belén propuso alquilar un coche y allá fuimos ella, yo, Cate y Blanca. Llegamos tarde para ver el partido, en un sitio muy cutre, un currywurst junto al estadio, pero realmente me importaba poco.
Al finalizar el encuentro, con victoria española, nos trasladamos a la zona de marcha, Reeperbahnstrasse, donde nos encontramos a más amigos de Berlín. El ambiente era genial, como en la vez anterior que estuve en Hamburg, pero esta vez, repleto de españoles, la animación llegaba mas lejos todavía. Allí estuvimos casi hasta por la mañana en varias discotecas, hasta que el cansancio nos pudo. Algunos fuimos dormir un poco antes de tomar el camino de vuelta hacia Berlín para acabar de descansar en condiciones, otros directamente tomaron el bus, o incluso el caballo, porque hubo quien acabó la noche con una silla de montar…