La vuelta a Berlín supone un poco de descanso, pero no la tranquilidad absoluta, pocos días de respiro y comenzó la ronda de visitas. El fin de semana estuvo aquí Ernesto. Llego el viernes, procedente de Sevilla vía Bergamo, sirviendo de avanzadilla para la gente “de Salva”. Moviéndose a su aire, ha aprovechado estos días para visitar museos e ir a un concierto de la filarmónica. También ha conocido fiesta berlinesa, concretamente despedidas de gente que ya se va. Por un lado Ammy, una belga a cuya fiesta me dijeron que fuera pero que realmente conocí esa misma noche.
Por otro lado Marina, a quién Jimena se encargó de darle un poco de emoción organizando una fiesta sorpresa en casa de David que ella ni se imaginaba. Tras la fiesta, la discoteca puso fin a la estancia de otra maña, que ahora también se arrepiente de no haber prolongado su beca. Acto seguido, ya que fue salir de la discoteca, recoger la maleta y tomar el tren, otra despedida, aunque mas bien un hasta luego. Ernesto comenzaba su gira en solitario por Alemania durante cuatro días, volverá el fin de semana.
Para mí, otros pocos días de pausa en los que aprovechar el tiempo, por ejemplo para acabar de decidir mi Proyecto Fin de Carrera, que pretendo entregar en septiembre. Se trata de desarrollar un sistema que procese códigos QR-code, por decirlo de alguna manera, la próxima generación de los códigos de barra, aplicándolo a la identificación e información de lugares de interés turístico a pie de calle. El proyecto es para entregarlo en Sevilla, por lo que haré a distancia, supervisado por mi tutor allí.
Por otra parte, voy acostumbrándome a la vida en nuevo piso y mi nuevo barrio. En el piso pues, sin grandes novedades, buena relación y buen ambiente. En cuanto al barrio, aunque esta cerca de donde vivía antes, éste me gusta más. No es únicamente residencial, hay multitud de comercios, así como pubs y restaurantes asequibles. Además, así iré conociendo zonas nuevas de Berlín.