Y caer mil veces mas, y levantarse de nuevo

Poco a poco los problemas han ido solucionándose y todo vuelve a la normalidad, al menos en parte. Lo primero fue el portátil. El mío no pude arreglarlo, pero gracias a Ana le encontré solución. Como ella se vuelve a Sevilla esta semana, me ha dejado aquí el suyo, ya que allí no lo va a necesitar. En un miniportátil, pero suficiente para sobrevivir el tiempo que me queda aquí, y como tampoco necesitare usar ninguna aplicación especialmente potente pues me hará un buen apaño.

Una de las cosas que me iba a solucionar el portátil era la búsqueda de piso, pero realmente le he puesto poco empeño a ese tema. Me había preocupado más de buscar mil posibles soluciones para quedarme viviendo donde estaba, pero siempre había un pero por parte de mis compañeras de piso. Por si acaso, ya tenía un plan B: como Marcos estaba viviendo con Laura podía alquilarle la habitación de la residencia que tenía hasta final de mes. No es la mejor opción, puesto que notaré el cambio de no vivir en el centro, pero tampoco esta excesivamente lejos. En cuanto al piso, comparto con un camerunés que suele pasar poco tiempo en casa y con un ruso que realmente ya no vive aquí. Por mi parte, yo tampoco voy a pasar demasiado tiempo en casa, ya que tengo que seguir estudiando y normalmente saldré de casa por la mañana para ir a clase o directamente para pasar el día en la biblioteca y volver a casa por la noche.

Mas lejos quedan los pocos días de Agosto que todavía me quedarán en Berlín, puesto que ya me he comprado el billete de vuelta a España. Me había marcado el día 10 como fecha tope para volver, puesto que el 14 debo estar en Sanlúcar para una boda de plata y una boda de oro. Finalmente volveré exactamente el día 10, que era de las mejores opciones que tenía para bajar, económicamente hablando. Eso si, vuelo a Málaga, pero como mis padres están de vacaciones podrán ir a recogerme sin problema. Sobre exámenes, sigo a la espera de las demás evaluaciones. De momento ya hemos entregado el proyecto de Tecnische Informatik 2, y que quizás tengamos que exponer la semana que viene. Seguiremos pues estudiando.

Pequeño paréntesis en Sevilla

Las obligaciones siempre mandan, y en esta ocasión han sido los exámenes los que me han hecho venir a pasar unos días a Sevilla. Realmente, tras 5 meses consecutivos en Berlín, la Ciudad Patria y su gente se echan de menos, así que el viaje fue cuidadosamente preparado para aprovecharlo y saciar muchos de los asuntos pendientes.

Lo primero, nada más llegar, cena familiar con pescaito frito, mucho pescado, del bueno, que en Alemania solo he comido pescado congelado. También gambas, y Cruzcampo, que se note donde estoy. Y de momento poco más, que quedan tres intensos días de estudio.

Como siempre, las horas de biblioteca también sirven para reencontrarse con mucha gente, cada uno con sus historias y sus exámenes, esta época es lo que tiene… Por mi parte, los exámenes los tuve el lunes y miércoles, de ARC2 y TPBN. El primero pienso que bien, el segundo mal, ahora solo queda esperar esperar resultados.

Empiezan ahora unos días de libertad, pero con muchas cosas que hacer. De momento, nada más salir del último examen, y ver el final de la vergonzosa derrota de España ante Suiza, cervecitas en El Salvador, que estaba apuntado en mi lista de cosas por hacer en Sevilla, reencontrándome con más gente.

Al día siguiente, por la mañana, carretera camino de Torreblascopedro a visitar a los abuelos, visita corta, solo una noche allí y volver a Sevilla, ya que para el fin de semana tenía mas planes. De hecho, fue llegar el viernes al mediodía a Sevilla y después de comer irme a Sanlúcar a disfrutar también de la playa con mis amigos.

Por primera vez no ha sido un fin de semana de comer pastas y comidas por el estilo. Comenzamos por cenar doradas a la sal y gambones a plancha, para que Sanlúcar haga gala de su pescado. El sábado fue día de playa, en Montijo, con la inesperada llegada de Ale al mediodía. Que gustazo volver a disfrutar de la arena y el agua del mar.

Por la tarde en casa, tras una remota esperanza de acabar victoriosos, estuvimos viendo el intento fallido de que el Betis subiera a primera división. Pero como todo apuntaba, no fue posible, así que para quitarnos las penas nos fuimos a la Barbiana a comer langostinos y tortillitas de camarones, y después fiesta en el chalet de Julia. Una gran noche de las que hacía mucho tiempo que no disfrutaba, y además en España.

El domingo nuevamente a Sevilla. Algunos trabajaban, otros no, pero yo el lunes era mi último día antes de volver a Berlín. El día lo gasté en preparar todas mis cosas, cuidadosamente pesadas, almorzar con la familia, a modo de despedida, y luego ver España con los amigos. Esta vez sí ganamos, por lo que tras el partido, y después de despedirme de los abuelos, salimos a tomar algo a celebrarlo.

Acabamos en el bar Berlín, un sitio muy apropiado para un par de cervezas horas antes de volver a la que seguirá siendo mi ciudad por un mes y medio mas: Berlín.

En plena época de estudio

Junio ha llegado, y con ello se acerca el fin de curso. Aquí en Berlín todavía quedan dos meses, pero en Sevilla ya empieza la recta final. Aunque parezca broma, ha sido ahora cuando he conseguido arreglar todos los papeles del Learning Agreement, con algunos cambios que conllevan también cambios en la matricula de la Universidad de Sevilla.

El problema ha sido que para realizar esos cambios tuve que mandar una instancia al director de la escuela para que me permitiera modificar la matricula fuera de plazo. La respuesta, finalmente fue positiva, pero con mucho retraso, ya que la persona encargada de tramitarla estaba de baja. Por otra parte, mi coordinadora había aceptado los cambios que yo le había propuesto, así que definitivamente he firmado todos los papeles y ya puedo llevarlos a Sevilla cuando vaya a hacer los exámenes. Toca por tanto pasar días de biblioteca.

Berlín también me tiene ocupado, las asignaturas de aquí y sus practicas también empiezan a complicarse, además de un proyecto para una de ellas. Debido a este proyecto, que hago con Xavi, hemos conocido también a Beni, el tercer compañero de grupo. Es el alemán con el que mas trato estoy teniendo en todo lo que llevamos de curso, aunque ha sido solo en clase y para hacer los trabajos, poco mas, ya que fuera de allí cada cual sigue yendo a lo suyo, sin hacer demasiado grupo. Al menos sirve para practicar idioma, inglés, por que para entendernos en alemán tardaríamos el doble de tiempo.

También en el curso de inglés tenia la opción de trabajar en grupo para una presentación que hay que hacer en clase, de hecho estuve hablando con Natasha y Lena para hacerlo juntos, pero el articulo que habían elegido es sobre la crisis económica y a mÍ se me va un poco de las manos, por lo que seguramente acabe presentando yo solo algún otro articulo con el que me pueda defender mejor.

Pues este es el discurrir general del segundo semestre, ya esta todo organizado, ahora solo queda seguir adelante y ver resultados, esperemos que positivos. El primer escalón será ASP2, que lo haré aquí en Berlín, a distancia, tal como hice en el primer semestre con ASP1. Acto seguido rumbo a Sevilla, tras 5 meses consecutivos aquí, para hacer ARC2 y TPBN. Una semana complicada se avecina. Pero antes tocó despedir a Martina, que se le acaba la estancia en esta magnifica ciudad. Toda una tarde, hasta la noche, de barbacoa en Treptower Park puso fin a sus meses aquí. Hasta pronto.

Sommersemester

El fin de las “vacaciones” ha tocado a su fin. Esta semana ya comenzamos con las clases de nuevo. Primero, como en el Wintersemmester, matricularse y hacer los test de idioma. Para la matrícula pocos cambios hubo, de nuevo hubo que levantarse de madrugada, ya que a las 5 abrían la plataforma, aunque esta vez no llegó a saturarse.

Los que nos saturamos fuimos Xavi y yo, ya que las asignaturas de este semestre no son demasiado interesantes, así que en principio nos matriculamos de varias para después ir eligiendo. Aparte, los cursos de idiomas. Por una parte inglés, pero un curso diferente al que inicié en el primer semestre, ya que no me gustó ni el profesor ni la forma de trabajar, así que elegí uno mas enfocado a asuntos académicos. Sobre el alemán, aunque aprobé el nivel B1.1 no tengo la soltura suficiente para el B1.2, pero repetir el curso tampoco me parece productivo, y además necesito los créditos, así que me puse de acuerdo con alguien español para que me echara una mano y poder, al menos, intentarlo.

A partir de aquí, consultar con los profesores la posibilidad de examinarnos de las otras asignaturas en inglés, el sistema de evaluación, que las asignaturas no se pisen…y sobre todo pensar en el acuerdo académico en España, que para mí no era precisamente fácil, teniendo en cuenta mi intención de acabar la carrera en septiembre.

Haciendo cuentas, la matrícula que hice en Sevilla en septiembre no me servía, necesitaba algunos cambios, por lo que he escrito una instancia al Director de la Escuela para que me dejen modificarla ahora. Los cambios a realizar son varios. Por una parte he encontrado asignaturas convalidables por ASP1 y PL2, a las que no me he presentado al examen en ninguna ocasión. Por otra, el concepto de “académico” del curso de inglés me permitiría reconocerlo como asignatura optativa en lugar de cómo libre configuración. De momento, elegir asignaturas definitivamente, hacer cuentas sobre créditos matriculados y los que necesito para acabar la carrera y esperar que en Sevilla me acepten los cambios que proponga.

Visita improvisada

Durante este mes las visitas se han sucedido en Berlín. Lógico. Finalizar la época de exámenes en España es una buena oportunidad para viajar, al igual que yo he hecho en otras ocasiones. Y siendo Berlín el destino elegido, han acertado de pleno con las fechas, librándose del duro invierno y viendo la ciudad resurgir entre rayos de sol.

Por ahora era yo el que se había llevado la palma en cuanto a visitas, al menos si tenemos en cuenta el número de personas simultáneamente, pero desde la visita de final de febrero, de momento no esperaba más gente. Realmente sabía que Juan pasaba por Berlín durante su interrail por Alemania, con amigos de Milán y el resto de Italia, pero su llegada se adelantó. Rodeado por algo de confusión con el Juan de Berlín, recibo un SMS pidiendo alojamiento para dos personas, me extrañó y pensé que no era urgente, así no le di mayor importancia. Hasta que el Juan de Milán, o de Sevilla, me llama algo agobiado explicándome la situación: una amiga y él tenían problemas con el billete de tren y no les quedaba más remedio que adelantar un día su llegada a Berlín, y venían sin alojamiento.

Me dirigí a la Hauptbahnhof a recogerlos, con la hora de llegada también adelantada. Casi ni lo reconozco, hacia mucho tiempo que no lo veía, pero lo encontré y nos dirigimos a mi casa, donde él y Cristina pasaron la noche. Allí nos estuvimos contando su vida en Italia, yo la mía en Berlín, y sus peripecias por Alemania.

Madrugando, les di unas pequeñas pinceladas sobre Berlín y quedaron con el resto de amigos para ir de turismo, ya que yo tenía que estudiar, y volvimos a quedar por la tarde, ya con todo el grupo al completo, para cenar y tomar algo. Al día siguiente más de lo mismo, primero estudiar y después salir. Volví al Reichstag, y volvió a caer la noche, seguirá siendo una visita pendiente.

Posteriormente, tras la cena, los llevé a ver lo que, según, Juan, le había faltado por ver en Berlín: el lado alternativo de la ciudad, que tanta fama tiene. Una vez conocida la casa okupa de Tacheles, pudieron irse tranquilos. De hecho, solo una noche más, y el sábado partieron hacia su próximo destino: Hamburg.

Quedaba yo en Berlín, con 3 días más antes de mi examen, que finalmente no fueron lo suficientemente productivos. Llegué al examen, que lo hice en inglés, y me dieron la opción de comenzar a hablar de un tema en concreto que me hubiera preparado especialmente, por lo que elegí tratar sobre compresión de imágenes y video. Todo discurría bien hasta que empezó a preguntarme cosas mas concretas que se me salían de las manos. Tanto que al final no le convenció de forma global y no me aprobó, emplazándome a una nueva convocatoria para el segundo semestre, que espero que vaya bien, ya que al menos ahora ya se el tipo de examen para preparármelo más a conciencia.

Vuelta a la normalidad

Tras un mes complicado, vuelvo a tener la agenda más libre. Pasaron las visitas, los viajes, también atrás quedó la búsqueda de piso. Ahora llega un periodo de tranquilidad. Tranquilidad relativa, pues a la vista está el único examen que voy a poder hacer en este semestre, de los dos que tenía pensado.

En Alemania, al menos en mi universidad, para hacer un examen hay que apuntarse. Y para apuntarse hay que pasar por la secretaría de la asignatura en cuestión en la fecha y hora programada, y no les vale ninguna excusa. Lo comprobé al apuntarme a uno de ellos, al cual debí haberme registrado estando en Francia. El día en cuestión mandé un mail a la secretaria, cuya respuesta fue que me pasara por el despacho, poco le importó que estuviera fuera. Ahora, al volver del viaje, me pasé por el despacho en un segundo intento, pero la respuesta volvió a ser negativa. Al menos, tal y como conseguí entender en alemán, ya que dice no hablar inglés (no me lo creo), los estudiantes Erasmus podremos hacer una convocatoria que hay en el sommersemestre para alumnos repetidores. Al menos no está todo perdido.

Para el segundo de los exámenes previsto sí conseguí apuntarme, comenzaba así la vuelta al estudio, aun estando en periodo vacacional, que realmente es un periodo de dos meses a compartir entre vacaciones y estudios. Además no solo debía estar atento de esta asignatura, también del proyecto fin de carrera, ya elegido y, supuestamente, en fase de desarrollo.

Por el resto, la vida en Berlín sigue adelante. Algunos ya se fueron, otros están de visita en España, otros de viaje, otros reciben visitas aquí aprovechando el fin de exámenes en España. Pero hubo una vuelta inesperada: el frío y la nieve. Ya me cayó aguanieve en Marsella, nevó en Lyon y vi nieve en Basel, pero confiaba en que, dos semanas después de haberse derretido todo, en Berlín no volviera a nevar.

También tocaba llenar la despensa, pues en las últimas semanas quedó bastante vacía, ya que entre una cosa y otra había hecho bastantes comidas en la calle, por lo que necesitaba comer cosas normales, más allá de kebaps, currywurst, hamburguesas y demás. Y para acabar de cuidarme, decidí apuntarme al gimnasio, tras el intento fallido del primer semestre. Además, ahora vivo a solo 12 minutos andando del gimnasio de la Humboldt, que también está cerca de la biblioteca, así espero que no me de mucha pereza ir.

Por estos días ya empieza a sonar las fiestas de primavera, sobre todo la Semana Santa, no en Berlín, obviamente, si no en la prensa local sevillana. En principio tenía pensado ir a la Feria, pero no acabo de verlo claro, ya que aunque el viaje no me saldría excesivamente caro (sufriendo las escalas de Ryanair), las fechas no son muy propicias, ya que cae en la segunda semana del segundo semestre y supongo que por esa fecha todavía estaré pendiente de elegir asignaturas. Por tanto, tiene pinta de que en los últimos tres años solo voy a pasar una noche de Feria.

Lo que si celebramos, con una buena pinta, de Guinness, claro, fue St. Patrick Day, celebración internacional allá donde exista un pub irlandés, como por ejemplo en Berlín. Sabiendo lo que disfruté la pasada primavera en Dublín, aun siendo un fin de semana cualquiera, no dude en rememorarlo, esta vez si en el día clave, aunque a muchos kilómetros de distancia de la capital irlandesa. Otro año será,… ¿la Feria o St. Patrick Day? Quién sabe…

Vuelven las visitas…y las despedidas

La vuelta a Berlín supone un poco de descanso, pero no la tranquilidad absoluta, pocos días de respiro y comenzó la ronda de visitas. El fin de semana estuvo aquí Ernesto. Llego el viernes, procedente de Sevilla vía Bergamo, sirviendo de avanzadilla para la gente “de Salva”. Moviéndose a su aire, ha aprovechado estos días para visitar museos e ir a un concierto de la filarmónica. También ha conocido fiesta berlinesa, concretamente despedidas de gente que ya se va. Por un lado Ammy, una belga a cuya fiesta me dijeron que fuera pero que realmente conocí esa misma noche.

Por otro lado Marina, a quién Jimena se encargó de darle un poco de emoción organizando una fiesta sorpresa en casa de David que ella ni se imaginaba. Tras la fiesta, la discoteca puso fin a la estancia de otra maña, que ahora también se arrepiente de no haber prolongado su beca. Acto seguido, ya que fue salir de la discoteca, recoger la maleta y tomar el tren, otra despedida, aunque mas bien un hasta luego. Ernesto comenzaba su gira en solitario por Alemania durante cuatro días, volverá el fin de semana.

Para mí, otros pocos días de pausa en los que aprovechar el tiempo, por ejemplo para acabar de decidir mi Proyecto Fin de Carrera, que pretendo entregar en septiembre. Se trata de desarrollar un sistema que procese códigos QR-code, por decirlo de alguna manera, la próxima generación de los códigos de barra, aplicándolo a la identificación e información de lugares de interés turístico a pie de calle. El proyecto es para entregarlo en Sevilla, por lo que haré a distancia, supervisado por mi tutor allí.

Por otra parte, voy acostumbrándome a la vida en nuevo piso y mi nuevo barrio. En el piso pues, sin grandes novedades, buena relación y buen ambiente. En cuanto al barrio, aunque esta cerca de donde vivía antes, éste me gusta más. No es únicamente residencial, hay multitud de comercios, así como pubs y restaurantes asequibles. Además, así iré conociendo zonas nuevas de Berlín.

Fin de semestre

Esta semana el semestre toca su fin, aunque realmente no es semestre, apenas llega a 5 meses. Pero que rápido pasa el tiempo, menos mal que hasta julio todavía quedan casi medio año mas.
El lunes ya acabó el curso de alemán, aunque estaba al filo de la navaja tanto por clases perdidas como por la nota, finalmente lo he aprobado, así que ahora se supone que tengo un nivel B1.1 de alemán. Mucha tela.
Por otro lado están las asignaturas de mi carrera. En una de ellas, Middleware, perdí el derecho a examen porque no fuimos capaces de hacer unas prácticas y tener la puntuación para poder evaluarme. En las otras dos sí, pero los exámenes los tenemos a final de Marzo o principios de Abril. En Digitale Medien hicimos los ejercicios necesarios para lograr los 50 puntos, que era el mínimo necesario. Hice un par de diseños gráficos y una canción. Uno de ellos fue especialmente, cuanto menos, curioso. Lo titulé “La puerta del Giraldillo”, por razones obvias. Para Computer Graphik la práctica consistía en desarrollar alguna aplicación grafica usando OpenGL, elegimos un “juego” de navecitas, aunque realmente acabo siendo una nave moviéndose sobre un Sistema Solar y unas naves enemigas que se mueven hacia la nave principal. Aunque tampoco hicimos nada asombroso. Posteriormente se supone que teníamos que exponer nuestro trabajo en clase, pero el profesor nos dejo mandárselo por email, ya que no íbamos a poder asistir a la clase en cuestión.
Y es que se avecina un mes frenético. Empieza mañana, el primer paso es la ruta carnavalera por el oeste de Alemania. Hace unos años, cuando Jorge pretendía haberse ido de Erasmus a Freiburg, ya me estuvo hablando de los carnavales y me propuse comprobarlo personalmente. La planificación empezó, allá por principios de enero, siendo un tanto accidentada. Sandra y Belén me dijeron que iban a ir, así que sin pensármelo más, incluso sin saber donde dormir ni el plan de viaje, me lancé a comprar los billetes, sobre todo viendo los precios.
Pero no iba a ser tan sencillo, había comprado los billetes para irme del 11 al 16, pero me confundí, ellas se volvían el 15. Además viajar el día 15 era más caro, así que la solución que se me ocurrió fue que para estar yo solo allí un día, mejor conocer otra ciudad, así que me compre otro billete de vuelta para el mismo día 16 pero desde Frankfurt.
Aún quedaba un contratiempo más. El 12 de febrero podría tener el examen de ASP1 si no aprobaba el parcial del 11 de Enero, así que por si acaso, me compre otro billete de ida para el 12 de febrero, después del hipotético examen. En total compré 4 billetes y gasté menos de 20€. Así da gusto viajar. El caso es que suspendí ese examen, pero no podía hacer el segundo porque ese día mi coordinador de Berlín estaría en Oslo en un congreso y no podía atenderme para realizarlo. Así que, con una asignatura segura para Septiembre, mañana me voy a los carnavales para comenzar un mes bastante ajetreado…veremos como va todo…

Hora de estudiar

Para mí, el estar de Erasmus no significa preocuparme solo por lo que hago en Berlín. Como pretendo acabar la carrera en Septiembre pues también tengo asuntos pendientes en Sevilla, como varias asignaturas y el Proyecto Fin de Carrera.

Este pasado Septiembre ya pretendí hacer ASP2, que me dejan hacerlo a distancia. El método es sencillo: mi profesor de Sevilla manda el examen por fax a mi coordinador en Berlín, quien me supervisaría mientras lo hago, a la vez que mis compañeros lo hacen en Sevilla y finalmente devolverlo por fax nuevamente.

El caso es que con las complicaciones de los primeros días en Berlín y el tiempo que buscar piso y preparar la burocracia pues no tuve tiempo de preparármelo y desistí de presentarme.

Ahora, en diciembre tengo el segundo asalto, solo que esta vez los hago en Sevilla. El primero de ellos PL1, que no me daban la posibilidad de hacerlo a distancia. La pega es que el fin de semana de antes mis padres estarán aquí de visita, por lo que iré al examen casi sin estudiar los 4 días previos, así que toca ser previsor. Además de PL1 también haré ASP2, que es la semana siguiente y aprovecho que estaré alli.

Normalmente me dedicaba a estudiar en casa, pero como me suele pasar, no me resulta demasiado productivo. Suerte que descubrí el Grimm-Zentrum, la nueva biblioteca de la Humboldt, en pleno centro, a 3 estaciones de mi casa, las condiciones perfectas para tratar de hacer algo útil.

Allí he pasado la mayoría de mis ratos de estudio últimamente, además no estaba solo, por ahí suelen estar la gente de medicina y de económicas, que se ve que también andan atareados. Mucho más entretenido para pasar la tarde, sobre todo a la hora de hacer descansos.

La biblioteca en si es cómoda, con amplios espacios de estudio, con salas tanto de lectura como de informática. Hay quien se queja del espacio “desperdiciado” en el edificio, pues las salas de las plantas superiores están dispuestas a modo de escalera que miran hacia la sala central de la planta baja. Cuestión de gustos, pero la funcionalidad no tiene porque estar reñida con el diseño.

Lo que no soporto de las bibliotecas alemanas es la política de entrar “con las manos vacías”. El primer paso al llegar no es buscar un puesto libre, si no buscar una taquilla libre, pues es obligatorio dejar allí la ropa de abrigo, maleta, o cualquier cosa que no sea estrictamente el material de estudios. Y de comida o bebida más de lo mismo, únicamente permiten la entrada de agua. Cosas de estos cuadriculados germanos.

La vuelta al cole, perdón, querida universidad de prestigio

Aunque poco tiene que ver con el eslogan de cierta cadena comercial, tras dos semanas de mini vacaciones volvíamos a las clases. Pero a las clases de verdad, nada de cursos de idiomas, a las clases de la Humboldt-Universität zu Berlín. Sí, esa donde estudió y enseñó tanta gente importante. Pues allá vamos a ver si nosotros somos algunos de los siguientes…ilusos.Ahora las clases no las tenía en un sitio tan perfecto y accesible como Dorotheenstraße, junto a Unter den Liden, Friedrichstraße o Brandemburger Tor. No, ahora al moderno campus universitario de Adlershof, allá donde no llega la vista, a tres estaciones del aeropuerto de Schönefeld. Además, el S-Bahn (lo que en España es un tren de Cercanías) está de obras y la línea que me llevaría directo desde mi casa ha cambiado el recorrido y toca hacer trasbordo. No pinta bien la cosa.

Sin embargo, no todo fue tan trágico. Antes de empezar las clases Xavi y yo fuimos a una presentación que había en el Institut für Informatik, que, por cierto, comparte edificio con el de Matemáticas, cosas que te depara el destino. No fue tan difícil llegar, 30-40 minutos, y el sitio era interesante. Un espacio todavía acabándose de urbanizar, con edificios modernos de reciente construcción, y otros todavía en marcha, para uso universitario y de investigación y de desarrollo científico-tecnológico.

Realmente la presentación no era para Erasmus, si no para alumnos de nuevo ingreso, pero nos había atraído eso de que nos daban un desayuno de bienvenida y luego barbacoa en el bar del campus y allí que fuimos. Aun así, un simpático doble de Scooby Doo nos ayudo a crear nuestra cuenta de correo, registrarnos en la plataforma de nuestra titulación y demás burocracia que había que hacer. Si no fuera por él todavía no habría podido enterarme ni de las asignaturas que había. Visitamos tanto el Johann von Neumann-Haus como el Erwin-Schrödinger-Zentrum, donde también estaba la biblioteca. Y para finalizar…pues eso, la barbacoa. Allí estuvimos un rato charlando, o intentándolo, con la gente que a lo mejor nos encontraríamos por clase. Pero lo cierto es que los alemanes son un poco siesos, la cosa no daba para mucho y se fueron yendo. Así que abandonamos el lugar después de unas salchichas.

En la presentación nos dijeron una cosa muy graciosa. La plataforma para inscribirse en las asignaturas estaría disponible a partir de las 5AM de un miércoles. ¿Pero en Alemania no duermen? Pues como era entre semana y no era día de salir y volver tarde…habría que levantarse a las 5 a darle un par de clics de ratón. O eso es lo que me hubiera gustado a mí, porque nos dimos cuenta que habíamos elegido asignaturas que se pisaban, y a esas horas nos tuvimos que poner a buscar otras. Hora y media un poco surrealista que pasamos, pero ahí que estaban todos los alemanes metidos, porque bien lenta que funcionaba la cosa.

Pues ya solo quedaba ir a clase y ver si nuestra elección fue buena, que todavía había tiempo de rectificar.

Por otro lado estaban las clases de idiomas, que también había que seguir. Alemán para seguir aprendiendo e inglés para intentar recordarlo, que una cosa es hablarlo y otra muy distinta es hacerlo correctamente. El caso es que ya tenia horario construido y medio cuadrado, solo quedaba empezar la nueva rutina.

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