Días después de que Ernesto tomara camino hacia Dresden y Munich, sus destinos de esta semana en su viaje en solitario, las visitas vuelven. En teoría, el jueves por la tarde llegaban mis hermanos y mis primas Isa y María, acompañados también por Jose, pero solo en teoría.
Estando tranquilamente en casa, recibo una llamada de Sevilla, mis padres diciéndome que llamara a mis hermanos, en Madrid, ya que su vuelo ha sido cancelado y yo tengo más experiencia en estos asuntos. Como si de una centralita de agencia de viajes se tratara, pasé la tarde hablando con Sevilla, con Madrid, buscando información en internet, combinaciones para comprar otro vuelo, relajando a los que se había quedado en tierra…todo fue un poco estresante.
Finalmente cancelaron el billete, pues la única alternativa que le ofrecían era volar 3 días después, lo que supondría una sola noche en Berlín, compraron uno nuevo con Lufthansa, algo más caro, pero la mejor opción posible tal como se desarrollaban los acontecimientos. Y aun quedaba otro escollo por solucionar, hacer el check in del hostal, ya que de lo contrario les cobrarían la primera noche y le cancelarían la reserva. Finalmente, un día después de lo previsto y tras una odiosa noche en el aeropuerto de Barajas, llegaron. Además lo hicieron al mismo aeropuerto y “solo” hora y media antes que mis amigos, por lo que quedé con Ernesto, que volvió a Berlín esa misma mañana, y fuimos a recogerlos a todos.
Ese día, “mis hermanos” decidieron quedarse en el hostal, pues estaban cansadísimos de su aventura. El resto, “los de salva”, salieron a dar una vuelta antes de ir a la ópera, que tenían entradas compradas. Por otra parte, yo me fui a descansar y luego a la fiesta de despedida de Aliisa, aunque en casa de Saana, ya que se suponía que la semana siguiente volvía a Helsinki, y aunque finalmente consiguió alargar la estancia unos días más, la fiesta permaneció intocable.
Tras finalizar la ópera, volví a quedar con mis amigos para tomar algo y hacer planes para el día siguiente. Como éramos muchos, 14 en total, fue difícil ponerse de acuerdo para moverse todos a la vez. Lo único en común fue realizar el freetour el sábado por la mañana, aunque nos tuvieron que separar en dos grupos, y visitar el Reichtag por la tarde. Para el resto, pues iba alternando los planes: tour nocturno con unos, Sachsenhausen con otros…
La noche del domingo comenzaban las despedidas. El lunes por la mañana fui con mis hermanos a Potsdam, pero la primera expedición volvía a Sevilla ese mismo lunes, a Manolo, Chica, Elena se les acabo el viaje, por lo que ya no había margen para volver a verlos. Los demás todavía tuvieron tiempo de dar otra vuelta por la ciudad y tomar unos cockteles por la noche para poner el punto y final a un divertido viaje.
A media noche Ernesto debía coger un tren destino Köln, su último destino antes de volver a España, el resto, Ale, Marta, Clara y Fon, pasaron su última noche antes del madrugón que debían pegarse para coger su avión.
Algo más de tiempo tuvieron mis hermanos, primas y José, a quienes acompañé al aeropuerto a media mañana. Y hasta aquí las visitas, ahora me toca visitar a mí. No sin antes despedirme de Yolande, que también vuelve a Oporto la semana que viene. Aunque la fiesta de despedida será el fin semana, hubo que improvisar una cena para que algunos que íbamos a estar de viaje pudiéramos decir adiós